MAMOGRAFÍA CONVENCIONAL
La
mamografía es un método de imagen por rayos X que se utiliza para examinar los
senos para la detección temprana de cáncer y otras enfermedades del seno. Se
usa como herramienta tanto de diagnóstico como de cribado.
La
mamografía es un método de obtención de imagen muy eficaz para detectar,
diagnosticar y orientar el tratamiento de una gran variedad de enfermedades de
la mama, especialmente el cáncer. En esta especialidad es necesario prestar
especial atención al control de la dosis de radiación al paciente y a la
reducción de los riesgos. Esta necesidad viene dada por una combinación de dos
elementos. En primer lugar, el tejido mamario presenta una sensibilidad
relativamente alta a algunos de los efectos adversos de la radiación, y en
segundo lugar, para obtener la calidad de imagen que se necesita en mamografía,
hay que dar una exposición de radiación mayor que en otros tipos de estudios
radiológicos. Esto se debe a que la mama está compuesta de tejido blando (sin huesos
ni aire) y posee por ello un contraste muy bajo. Por lo tanto, se necesita una
mayor cantidad de radiación para obtener imágenes con buena visibilidad tanto
de la anatomía normal de la mama como de los indicios de patología.
COMPONENTES
Sistema de comprensión
Es uno de los factores básicos en la obtención de una mamografía de alta calidad es la aplicación de la compresión adecuada.
Es uno de los factores básicos en la obtención de una mamografía de alta calidad es la aplicación de la compresión adecuada.
- · Disminuye el grosor de la mama
- · Disminuye la dosis y la radiación difusa
- · Disminuye el movimiento y la desproporción geométrica
- · Aumenta el contraste
¿Cómo funciona?
Durante
un mamograma, se coloca el seno del paciente en una placa de soporte plana y se
comprime con una placa paralela llamada paleta. Una máquina de rayos X produce
una pequeña dosis de rayos X que atraviesan el seno hacia un detector ubicado
en el lado opuesto. El detector puede ser una placa de película fotográfica que
captura la imagen de rayos X en película, o un detector en estado sólido que
transmite señales electrónicas a una computadora para crear una imagen digital.
Las imágenes producidas se llaman mamogramas. En un mamograma de película, las
áreas de baja densidad, como el tejido adiposo, aparecen translúcidas (es
decir, similares al fondo negro), mientras que las áreas de tejido denso, como
el tejido conectivo y glandular o los tumores, aparecen más blancas en un fondo
negro. En un mamograma convencional, se toma una vista lateral y superior de
cada seno, aunque se pueden tomar vistas adicionales si el médico está
preocupado acerca de alguna área del seno en particular.
¿Cómo aparecerán los resultados?
Un
radiólogo examinará cuidadosamente un mamograma para buscar áreas o tipos de
tejido que se vean diferentes al tejido normal. Estas áreas podrían representar
muchos tipos de anormalidades diferentes, incluyendo tumores cancerosos, masas
no-cancerosas llamadas tumores benignos, fibroadenomas, o quistes complejos.
Los radiólogos observan el tamaño, la forma y el contraste de una masa, así
como las orillas o márgenes, que pueden indicar la posibilidad de malignidad
(es decir, cáncer). También buscan pequeñas partículas de calcio, llamadas
microcalcificaciones, que aparecen como puntos muy brillantes en un mamograma.
Aunque por lo general son benignas, las microcalcificaciones pueden indicar
ocasionalmente la presencia de un tipo específico de cáncer. Si un mamograma es
anormal, el radiólogo puede ordenar vistas de mamograma adicionales, así como
una magnificación o compresión adicional, y si se detectan áreas sospechosas,
quizá ordenará una biopsia.
¿Por qué es necesario comprimir el seno?
La
compresión sostiene al seno inmóvil para minimizar la borrosidad de la imagen
de rayos X que puede ser ocasionada por movimiento del paciente. También, la
compresión nivela la forma del seno de manera que los rayos X pueden viajar a
través de una ruta más corta para llegar al detector. Esto reduce la dosis de
radiación y mejora la calidad de la imagen de rayos X. Finalmente, la
compresión permite la visualización de todos los tejidos en un solo plano de
manera que las anormalidades pequeñas son menos propensas a quedar oscurecidas
por el tejido mamario que las recubre.
CONCLUSIÓN
La
mamografía puede resultar dolorosa para algunas mujeres, pero en general lo que
sienten es una leve incomodidad y la sensación dura solo unos pocos segundos.
Es necesario comprimir la mama porque al aplastarla se reduce su grosor. El haz
de rayos X debe penetrar la menor cantidad posible de capas de tejido
superpuesto. En total, el procedimiento dura unos 20 minutos aproximadamente.
La mamografía de diagnóstico generalmente demora más que una mamografía de
detección ya que toma más imágenes desde una mayor cantidad de ángulos. En resumen podemos decir que la mamografía convencional fue y es uno de los inicios para la prevención contra el cáncer de mama, gracias al filtrado, colimación y características y posicionamiento del tubo de rayos X se puede tener una imagen que, a la vez de darle una menor dosis a la paciente, brinda una buena calidad pero que no descarta del todo los falsos positivos.
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